9 abr 2013

Doce Lamentos e Inmune en concierto

En la noche del sábado 6 de abril, en la sala Rock City de Valencia se destiló, durante dos cortísimas horas, el mejor rock nacional de la mano de Doce Lamentos y de la reciente formación Inmune.

Doce Lamentos es un grupo tan particular como increíble. La sobriedad de Julián Campos hace que la batería suene como tiene que sonar y no de otra forma. La ternura de Iván Vegas se traslada a la guitarra cuando sus manos la abrazan, la potencia del sonido de las cuerdas penetra fuerte, determinante y con mucho mimo las vibraciones envuelven al espectador. Y la VOZ pertenece a
Diego Pino, VOZ en mayúsculas porque es perfecta y única, decir algo menos sería una mentira.



Ellos dieron comienzo a la velada, con una puesta en escena en la que se observa la personalidad del grupo, sencillos, naturales y con una elegancia innata. Cuando pienso en Doce Lamentos me viene una frase muy certera de Fito a la mente 'Qué necesario es el Rock&Roll, qué prescindible el cuero', no necesitan tener una apariencia dura, no necesitan parecer 'malotes' para inspirar en los corazones lo que es el rock. Aunque los tres luzcan lustrosas melenas, a cual más larga, no tienen necesidad de hondearlas como banderas. El rock no sólo vive en ellos, ellos SON rock, ellos crean el rock.

En nuevo disco de Doce Lamentos tiene un sonido algo menos duro que el anterior, sin embargo no deja indiferente porque no pierde fuerza ni sentimiento. En el concierto se escucharon las canciones de ambos discos, intercaladas de forma divertida y amena, interpretadas con profesionalidad en
su sonido y esplendorosos en su actitud. Porque cuidan esos pequeños detalles que enriquecen una actuación, como lucir esa impactante máscara blanca cuando tocan 'Piel de corazón', o el caminar de Diego en el borde del escenario tan oportuno para la canción 'Azar', y el magnífico brindis con el que da comienzo el 'Año nuevo' para terminar la canción estrellando contra el suelo la copa de vino. Fantástico. Algo que también hace Diego es bajar del escenario y cantar paseando entre el público, y a nosotros nos gusta.

Sin menospreciar a los técnicos de sonido que graban sus discos, Doce Lamentos es un grupo que no hay que perderse en directo, porque Julián e Iván hacen maravillas con el instrumental y la VOZ de Diego tiene mucha más personalidad y muchos más matices de los que se aprecian en el grabado. Esa voz es una droga que no puede dañar jamás. Cuando escuché a Diego la primera vez con su anterior grupo, Doze, me recordó a Bunbury (a la mayoría nos pasa) pero al detenerme a escucharle mejor digo que ¡Ya quisiera Bunbury!. Sus discos son sólo un preludio a más, porque cada disco es una historia pero no es comparable a disfrutar de la interpretación del juglar.

'¡Otra! ¡Otra! ¡Otra!' Coreábamos, pero el tiempo apremiaba para Inmune y no pudieron colmar nuestras ganas de una última canción, que eran muchas.


Inmune bueno, he de decir que creo que no fuimos del todo justos con ellos.

Los músicos se escuchaban de miedo, unos muy buenos instrumentos que aportaban sonidos fuertes y bien definidos, disfrutamos de una guitarra de lo más potente y bien ejecutada. El vocalista de Inmune, Morti (Skizoo) se esforzó mucho en intentar atraernos y fuimos retincentes desde el principio, seguramente debido a no haber podido escuchar una última canción de Doce Lamentos. He de decir que Skizoo me encanta pero con esta formación no me ha llegado.

Pienso que quizá están más acostumbrados a una interacción mayor del público y se encontraron con meros espectadores que para nada estaban volcados en la actuación. En los conciertos que he asistido he visto siempre lo mismo, que a los valencianos nos cuesta más el abalanzarnos al artista porque esperamos que sea él quien se ofrezca a nosotros (que para eso hemos ido y para eso hemos pagado). Pecamos de no hacer demasiado feedback. No es algo personal contra el artista, somos así.

De todas formas espero que no sea un desaliento para Inmune y que sigan adelante hasta mejorar, consolidarse y que su proyecto sea exitoso. Empiezan bien, con ganas como demostró Morti y con buena base musical como demostró el grupo.

No soy imparcial, no puedo serlo, por cercanía, porque el trío de Doce Lamentos ya me tenía enamorada y porque me transladan dentro de su Laberinto, un laberinto en el que apetece perderse, un laberinto tan agradable del que no se quiere salir.

¡Que el rock los conserve en su gloria!  

En la web de Doce Lamentos podéis escucharlos y comprar sus discos completos o las canciones que más os gusten. 
Inmune todavía no tienen disco pero seguro que pronto se les podrá escuchar.
Irene Bernad fue la fotógrafa y AQUÍ ha publicado las fantásticas imágenes del evento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La crítica mas desacertada que he leído en mucho tiempo

Unknown dijo...

Agradezco que hayas invertido tiempo en leer y comentar, Anónimo.

Las opiniones son como los culos, todos tenemos uno. Mi percepción puede estar sesgada por mis propias expectativas del concierto pero sigue siendo mi percepción que plasmo en un blog personal en el que puedo pecar libremente de no ser objetiva.

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